En un mundo donde los sistemas se vuelven más complejos y las jerarquías tradicionales se diluyen, los líderes del futuro deberán ser arquitectos de nuevas realidades, capaces de sumar experiencias propias y ajenas para diseñar soluciones colectivas e innovadoras. Este artículo explora cómo el proceso creativo, con sus etapas definidas y sus “momentos Eureka”, se convierte en una herramienta esencial para la toma de decisiones y el liderazgo multidimensional.
No se trata solo de proponer ideas, sino de atreverse a dibujar escenarios inimaginables, rompiendo las fronteras de lo posible. Esto requiere un cambio de paradigma: pasar de estructuras rígidas a sistemas esféricos y jerárquicos donde cada persona asume su liderazgo individual y lo pone al servicio de un propósito común. La inteligencia individual, cuando se comparte, se expande, se convierte en un motor de crecimiento exponencial que beneficia al entorno.
No obstante, este salto no ocurre por casualidad. Implica un proceso deliberado que combina flexibilidad cognitiva, colaboración genuina y un trabajo constante para integrar habilidades técnicas y blandas. Los líderes que logren dominar este proceso no solo generarán ideas geniales, sino que tomarán decisiones sostenibles que impacten a largo plazo, liberando a sus equipos y organizaciones de las limitaciones del presente para habitar un futuro co-creado.
El liderazgo como acto colectivo y creativo
Un proceso creativo por naturaleza y fundamental para la toma de decisiones, debe estructurarse al menos en cinco etapas fundamentales que nos conducen al “Momento Eureka”.
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Curiosidad e intuición. En esta etapa se trata de definir claramente qué se quiere. Este flujo inicial activa el cerebro creativo, sentando las bases para respuestas inesperadas y poderosas.
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Esfuerzo sostenido. Los líderes efectivos se obsesionan con las preguntas correctas: ¿Cómo resolvemos esto? ¿Qué necesitamos para avanzar? Como señala el neurocientífico Facundo Manes, hay una conexión más fuerte entre la obsesión y la creatividad que entre el coeficiente intelectual y la creatividad. Este trabajo persistente es crucial para preparar el terreno de las grandes decisiones.
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Antes del Momento Eureka: Justo cuando el líder ha invertido tiempo y energía, llega un punto de pausa. Es en este aparente “dejar ir” donde el cerebro sigue procesando en segundo plano, alineando lo racional y lo intuitivo para el gran avance.
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Momento Eureka: Para un líder, este es el instante en que una decisión compleja se vuelve evidente, no como un acto místico, sino como el resultado de un proceso bien ejecutado.
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El verdadero liderazgo se manifiesta en lo que sigue: plasmar esa idea o decisión en acciones concretas y sostenibles. Los “Tiempos Eureka” muestran que este paso incluye evaluar, ajustar y ejecutar con precisión, asegurando que el impacto perdure.